La
Procesionaria del Pino (
Thaumetopoea
pityocampa), originaria del sur y el
centro de Europa, es una de las plagas que más preocupa en zonas
residenciales, ya no por el efecto sobre el pino atacado, sino por su
efecto alérgico sobre personas y animales domésticos.
Los pelos
urticantes que recubren las orugas de procesionaria se dispersan en
el aire produciendo la irritación de las mucosas y la piel en forma
de sarpullido, que puede durar varias semanas. También es muy
destacable el daño que puede provocar en los animales domésticos
por el contacto con las orugas.
Como
tratamiento, tanto
preventivo como curativo frente a la procesionaria, realizamos
tratamientos foliares (pulverización o corte de bolsones según la
época del año) y mediante inyección en tronco, lo que nos permite
alcanzar un alto índice de penetración en el pino, de modo que se
consigue la muerte de las larvas por envenenamiento y el rechazo a
nuevas colonizaciones.
En verano
(desde finales de junio a finales de septiembre) las mariposas
adultas copulan, las hembras depositan sus huevos en los árboles, y
se inicia el ciclo reproductor:
A
principios de diciembre, comienzan a formar los típicos bolsones
(nidos de seda en las ramas soleadas de los árboles), y ahi han
desarrollado ya sus característicos pelos urticantes.
La muda al
quinto estadio se realiza al comienzo de la primavera. Este último
estadio se caracteriza por una intensa alimentación pudiendo llegar
a defoliar completamente los pinos. Este periodo, a lo largo de la
primavera, acaba con el abandono del nido y del árbol por parte de
las orugas ya maduras, que bajan por los troncos en “procesión”
y van buscando zonas adecuadas para su enterramiento en los bordes o
claros.
Posteriormente,
esas orugas se transforman en crisálidas, de las que después - ya
en verano-, emergerán las mariposas hembras y machos, que volarán
para aparearse…(
Las hembras pueden volar distancia de hasta 5
Km. y los machos incluso más, hasta 20 Km.)